Puntos Clave
• La oficina VOICE, creada en 2017 por DHS, fue reemplazada en 2021 debido a controversias sobre estigmatización migrante.
• La Línea VESL apoya a víctimas de todo tipo de crímenes, ampliando servicios más inclusivos desde su creación en 2021.
• En 2025, se ordenó el regreso presencial al DHS, generando inquietudes sobre conciliación laboral y eficiencia productiva.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha sido clave en establecer políticas de seguridad nacional e inmigración. Entre sus deberes, apoyar a las víctimas de crímenes cometidos por migrantes indocumentados ha generado atención significativa durante años. Desde abril de 2025, no ha habido anuncios recientes sobre la reapertura de una oficina específica del DHS destinada únicamente a estas víctimas, manteniéndose el enfoque instaurado desde 2021 bajo la administración de Biden, centrado en servicios más inclusivos.
En este análisis, exploraremos el contexto histórico del apoyo a las víctimas por parte del DHS, las transformaciones operativas bajo distintas administraciones y las implicaciones más amplias de estos cambios.

Evolución del apoyo a víctimas dentro del DHS
Para comprender el presente, es crucial repasar cómo han cambiado las responsabilidades del DHS hacia las víctimas a lo largo del tiempo. En abril de 2017, durante la administración de Trump, fue creada la Oficina de Compromiso con las Víctimas de Crímenes de Inmigración (VOICE, por sus siglas en inglés). Este esfuerzo enfocó la atención en los crímenes cometidos por migrantes indocumentados y ofreció servicios específicos, como acceso a notificaciones sobre casos de inmigración y recursos para navegar el sistema de justicia.
Sin embargo, esta oficina enfrentó críticas constantes. Muchos señalaron que estigmatizaba injustamente a los migrantes indocumentados, ya que varios estudios muestran que los inmigrantes, incluidos aquellos sin documentos, tienen menos probabilidades de cometer crímenes en comparación con los ciudadanos nacidos en el país. A pesar de ello, la creación de VOICE era un reflejo de las políticas estrictas de inmigración de esa administración.
En junio de 2021, con el inicio de la administración de Biden, la oficina VOICE fue reemplazada por la Línea de Servicios y Compromiso con las Víctimas (VESL, por sus siglas en inglés). Este cambio representó un enfoque menos divisivo y más abarcador, diseñado para ofrecer recursos tanto a ciudadanos como a no ciudadanos. VESL amplió los servicios disponibles, incluyendo un sistema de notificaciones para las víctimas afectadas, la posibilidad de reportar abusos en centros de detención de inmigrantes, y asistencia para personas elegibles que buscan visas específicas para víctimas de trata de personas o crímenes violentos.
Desde entonces, la línea VESL continúa operando como el medio principal de apoyo del DHS hacia las víctimas, sin cambios significativos a lo largo de cuatro años. Esta continuidad sugiere que el enfoque inclusivo y más amplio ha sido efectivo para cumplir con las necesidades de las víctimas, consolidándose como ejemplo de las prioridades de inclusión de la administración de Biden.
Transformaciones internas en el Departamento de Seguridad Nacional
Aunque los servicios de apoyo a víctimas permanecen consistentes, el DHS ha experimentado recientes transformaciones en su ambiente laboral. Uno de los cambios más destacados fue el mandato emitido en enero de 2025 por el secretario interino de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, que ordenó el regreso de los empleados federales a oficinas presenciales “en la máxima medida posible”.
Esta orden, alineada con una acción ejecutiva del presidente Donald Trump, marcó el fin de las modalidades de trabajo remoto instauradas durante la pandemia. Se argumentó que el regreso a las oficinas mejoraría la productividad, permitiría mayor supervisión y fomentaría la responsabilidad dentro de las operaciones gubernamentales. Sin embargo, la decisión desató preocupaciones entre empleados, sindicatos y expertos, quienes señalaron impactos negativos en el bienestar personal y la eficiencia organizativa.
Costos sociales del regreso al trabajo presencial
Para los empleados del DHS y sus familias, el regreso obligatorio a oficinas físicas ha significado disrupciones significativas. Durante años, muchos se habían adaptado a trabajar desde casa, disfrutando de mayor flexibilidad, mejor equilibrio entre vida personal y laboral, y menos estrés relacionado con los desplazamientos diarios. Especialmente para padres de familia, cuidadores de personas mayores, o quienes ya estaban acostumbrados al teletrabajo, esta decisión abrupta impactó rutinas personales y laborales.
Este cambio también propició un descenso en la moral de los empleados. Perder la flexibilidad moderna del teletrabajo llevó a varios a cuestionar si las condiciones laborales actuales del gobierno federal siguen siendo atractivas. Para un departamento como el DHS, que depende de personal técnico y especializado, mantener a sus empleados satisfechos es crítico para cumplir con sus funciones de manera eficiente.
Además, exfuncionarios del DHS señalaron desafíos logísticos importantes. Señalaron que los espacios de trabajo actuales podrían no estar equipados para recibir a todos los empleados simultáneamente, lo que podría generar hacinamiento u obstáculos operativos.
Perspectivas políticas y legales del mandato
La decisión de volver al trabajo presencial refleja un esfuerzo más amplio de la administración de Trump por eliminar el trabajo remoto en agencias federales. Los defensores de esta política argumentan que los entornos tradicionales en persona incrementan la productividad y la colaboración. Sin embargo, muchos críticos creen que ignorar los beneficios probados del teletrabajo durante la pandemia muestra una postura rígida hacia la modernización en las agencias gubernamentales.
En cuanto a implicaciones legales, sindicatos como la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE, por sus siglas en inglés) advirtieron que vigilan de cerca la implementación del mandato para proteger los derechos laborales de los empleados. Aunque el sindicato concluyó que la política no contraviene acuerdos laborales existentes, cualquier incumplimiento podría derivar en quejas formales.
Repercusiones en los servicios de inmigración del DHS
Aunque originalmente el mandato se centra en cuestiones laborales, podría generar repercusiones indirectas en servicios relacionados con inmigración, como los manejados por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS). Este organismo, cuya operación depende mayormente de tasas administrativas, podría experimentar retrasos en los tiempos de procesamiento de solicitudes de visas y resoluciones de casos debido a los ajustes en los flujos de trabajo presenciales. Esto afectaría no solo procesos de deportación, sino también asistencia humanitaria importante para migrantes indocumentados, trayendo consigo consecuencias no planificadas en varias áreas de las políticas migratorias.
Balance entre eficiencia, inclusión y bienestar laboral
La preservación de la línea VESL por parte del DHS refleja un compromiso con valores inclusivos y enfoques menos divisivos en materia de apoyo a víctimas, mientras que el mandato de retorno a oficinas presenciales representa tensiones entre eficiencia operativa y bienestar del personal.
Las reacciones de los principales interesados subrayan esta dinámica. Mientras los sindicatos defienden la importancia de proteger a los empleados de cambios abruptos, diferentes sectores políticos y sociales discuten si estas políticas contribuyen o perjudican la eficacia del gobierno. Los expertos señalan la necesidad de personalizar estrategias según roles específicos en lugar de aplicar una medida uniforme para todos los empleados.
Conclusión
Cuatro años después de la creación de la línea VESL, el compromiso del DHS para apoyar a las víctimas de crímenes sigue siendo firme, ajustándose a un enfoque más inclusivo bajo la administración de Biden. Al mismo tiempo, los cambios a nivel interno en sus políticas laborales ponen de relieve los desafíos que enfrenta para equilibrar sus valores fundamentales con las demandas del entorno actual.
Estas dos áreas paralelas—el apoyo a víctimas y las políticas internas laborales—muestran un paisaje complejo para el DHS mientras continúa alineando su misión con las necesidades cambiantes de la sociedad. Lograr ese equilibrio requerirá políticas que prioricen tanto a las personas como a la productividad, modelando una institución adaptativa y resiliente para un futuro incierto.
Aprende Hoy
Oficina VOICE → Oficina de DHS creada en 2017 para asistir víctimas de crímenes de migrantes indocumentados, reemplazada por controversias.
Línea VESL → Iniciativa DHS inclusiva desde 2021 que apoya a víctimas de crímenes sin importar el estatus migratorio.
Visa U → Visa para víctimas de crímenes graves que colaboran con autoridades en investigaciones o procesamientos legales.
Visa T → Visa destinada a víctimas de trata de personas, ofreciendo beneficios migratorios y protección en Estados Unidos.
Regreso presencial al DHS → Política emitida en 2025 por DHS que ordena retorno del personal a oficinas tras prácticas remotas pandémicas.
Este Artículo en Resumen
DHS cambió estrategias laborales y de apoyo a víctimas. VESL reemplazó VOICE en 2021, promoviendo inclusión. En 2025, ordenó el regreso presencial del personal, enfrentando críticas sobre bienestar de empleados. Estos cambios destacan su desafío balanceando prioridades de eficiencia, inclusión y responsabilidad hacia los afectados por políticas en evolución.
— Por VisaVerge.com
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