Puntos Clave
• A partir del 28 de marzo de 2025, solo descendientes directos de padre o abuelo italiano podrán solicitar ciudadanía por descendencia.
• Desde el 1 de enero de 2025, las tarifas de solicitud aumentarán a €600 por adulto en consulados y municipios italianos.
• El gobierno italiano centralizará en Roma la evaluación de solicitudes para aliviar la carga administrativa en consulados internacionales.
La ciudadanía italiana por descendencia, históricamente una de las vías más utilizadas para reconectar con las raíces ancestrales italianas, ha experimentado recientemente cambios drásticos. A partir del 28 de marzo de 2025, el gobierno italiano implementará nuevas regulaciones que restringen los criterios de elegibilidad, incrementan los costos de las solicitudes y centralizan el proceso de evaluación. Estas reformas representan una modificación significativa en la política de ciudadanía de Italia 🇮🇹, con profundos impactos administrativos, culturales y sociales.

Reflexionando sobre el derecho a la ciudadanía por descendencia
Durante décadas, Italia ha otorgado la ciudadanía bajo el principio de jus sanguinis (“derecho de sangre”), permitiendo que personas con ascendencia italiana reclamen su ciudadanía, sin importar lo distante que fuera la conexión familiar. Este enfoque beneficiaba principalmente a comunidades en países como Argentina 🇦🇷, Brasil 🇧🇷 y Estados Unidos 🇺🇸, donde grandes olas migratorias de italianos se asentaron entre finales del siglo XIX y principios del XX.
El requisito clave para acceder a este derecho era demostrar que al menos un antepasado había estado vivo después del 17 de marzo de 1861, fecha clave en la unificación italiana. Pero con el paso del tiempo, este sistema generó preocupaciones. Algunos críticos señalaron que otorgar la ciudadanía basándose en ancestros de generaciones tan lejanas reducía su significado. Sostenían que muchas personas reclamaban pasaportes italianos sin mantener conexión cultural o personal con el país, utilizando su ciudadanía principalmente como una herramienta para viajar libremente dentro de la Unión Europea o acceder a beneficios económicos.
Las décadas recientes también trajeron consigo una explosión de solicitudes. Entre 2014 y 2024, el número de personas con ciudadanía italiana que residen en el extranjero creció un 40%, provocando sobrecarga en consulados, especialmente en América del Sur. Este contexto motivó al gobierno italiano a modernizar y ajustar sus políticas de ciudadanía.
Criterios más estrictos para determinar elegibilidad
Uno de los cambios más significativos radica en la limitación de quiénes calificarán para la ciudadanía por descendencia. Bajo las nuevas reglas, solo podrán solicitar la ciudadanía aquellos que puedan demostrar ser descendientes directos de un padre o abuelo nacido en Italia. Este cambio representa un alejamiento drástico del criterio previo, que permitía reclamos basados en ancestros de generaciones mucho más lejanas.
La modificación fortalece un enfoque en conexiones familiares inmediatas y contemporáneas con Italia. En palabras del ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, “Ser ciudadano italiano es algo serio. No es un juego para conseguir un pasaporte que permita ir de compras en Miami”. Esta declaración subraya el sentir de las autoridades italianas sobre la necesidad de proteger el valor y la autenticidad de la ciudadanía.
Sin embargo, la decisión no está exenta de críticas. Muchos argumentan que estas reglas excluyen a individuos que, aunque no cumplan con los nuevos criterios generacionales, sienten una conexión relevante con su herencia italiana. Lo que está en juego, según los críticos, es el significado cultural y emocional de ser parte de una comunidad histórica dispersada por el mundo.
Incremento en los costos asociados a las solicitudes
Además de reducir la población elegible para la ciudadanía, el gobierno ha anunciado significativos aumentos en los costos de solicitud. A partir del 1 de enero de 2025, las tarifas se duplicarán para aquellos que presenten solicitudes a través de consulados, pasando de €300 a €600 por solicitante adulto. Del mismo modo, los municipios italianos podrán cobrar una tarifa administrativa de hasta €600 para procesar solicitudes a nivel local. En casos de disputas o demandas judiciales relacionadas, las tarifas aplicables aumentarán de €545 a €600.
Adicionalmente, las solicitudes que requieran documentos de estado civil antiguos enfrentarán costos extras. Por ejemplo, los municipios podrán cobrar hasta €300 por la extracción y certificación de registros que tengan más de 100 años de antigüedad, aumentando las dificultades económicas para los solicitantes con genealogías complicadas o fragmentadas.
Estos costos crecientes han generado inquietudes, especialmente entre aquellos con menos recursos económicos. Para muchos solicitantes de clase trabajadora o media, los nuevos precios pueden ser un obstáculo significativo. En contraste, las personas con mayor capacidad financiera se encuentran en mejor posición para enfrentar los costos administrativos y legales que los procedimientos ahora exigen.
Centralización de procesos administrativos
La sobrecarga de trámites en consulados italianos, especialmente en América Latina, llevó al gobierno a reestructurar la administración de las solicitudes. En lugar de depender de las oficinas consulares individuales, el gobierno centralizará la evaluación de solicitudes en Roma. Este cambio busca no solo aligerar las funciones de las embajadas y consulados, sino también garantizar un enfoque más uniforme y consistente en los casos.
No obstante, la centralización puede presentar nuevos desafíos para quienes desean obtener la ciudadanía. Si bien se espera que sea posible abordar las solicitudes con mayor eficacia, existe la preocupación de que este modelo podría incrementar los tiempos de espera e introducir nuevos niveles de complejidad burocrática.
Impacto cultural y político de las nuevas reglas
Los cambios en las normas de ciudadanía italiana no solo responden a necesidades administrativas, sino que también reflejan debates más amplios sobre identidad, cultura e inclusión. Al restringir el alcance del jus sanguinis, Italia está redefiniendo quién pertenece y qué significa la ciudadanía en una sociedad globalizada.
Sin embargo, las críticas apuntan a que las reformas también abren una nueva brecha. Mientras descendientes de emigrantes italianos se enfrentan a regulaciones más restrictivas, los hijos de inmigrantes nacidos y criados en Italia enfrentan barreras similares o mayores para obtener la ciudadanía italiana. Actualmente, estos jóvenes, conocidos a menudo como nuove generazioni, deben esperar hasta cumplir los 18 años para presentar una solicitud, a pesar de vivir toda su vida en Italia. Este contraste arroja luz sobre las tensiones en el enfoque del país hacia la inclusión y el reconocimiento de quienes comparten su destino con la sociedad italiana.
Conclusión: El nuevo panorama de la ciudadanía italiana
Las reformas recientes marcan un antes y después en la política migratoria y de ciudadanía italiana. Al endurecer los criterios, incrementar los costos y optar por una centralización de trámites, el gobierno ha tomado medidas que buscan aliviar las cargas administrativas mientras preserva el valor intrínseco de lo que significa ser ciudadano italiano.
Sin embargo, estas decisiones también desencadenan debates fundamentales sobre inclusión y justicia histórica. Muchas familias y personas que aspiraban a reconectar con sus raíces a través de la ciudadanía ahora enfrentan obstáculos que hacen más difícil su objetivo.
Aquel que busque emprender este proceso, especialmente bajo las reglas reformadas, debe estar preparado con documentación adecuada y un conocimiento claro de las regulaciones actualizadas. Los interesados pueden conocer más sobre los procedimientos oficiales al visitar el sitio web del Ministerio del Interior italiano aquí.
Mientras Italia 🇮🇹 busca equilibrar la herencia cultural de su diáspora con las realidades administrativas y sociales de la actualidad, resulta evidente que las decisiones tomadas tienen un impacto profundo en miles de familias alrededor del mundo. Según un informe de VisaVerge.com, las reformas invitan a reflexionar sobre el significado real de pertenecer a una nación y la importancia de mantener fuertes vínculos más allá de lo territorial.
Aprende Hoy
Jus sanguinis → Principio legal que otorga ciudadanía basada en la ascendencia familiar, sin importar el lugar de nacimiento.
Unificación italiana → Proceso histórico completado en 1861 que consolidó varios estados italianos en un solo Reino de Italia.
Centralización → Reorganización administrativa para que los procesos sean gestionados desde una única entidad, en lugar de múltiples oficinas locales.
Nuove generazioni → Término italiano que describe a los hijos de inmigrantes nacidos y criados en Italia.
Tarifa administrativa → Cobro aplicado por servicios gubernamentales, como el procesamiento de solicitudes de ciudadanía, para cubrir costos operativos.
Este Artículo en Resumen
Cambios drásticos en la ciudadanía italiana
Italia restringirá la ciudadanía por descendencia en 2025, limitándola a hijos o nietos directos de italianos nacidos en Italia. Además, duplicarán los costos y centralizarán solicitudes en Roma. Estas reformas redefinen la identidad nacional, complicando el acceso para descendientes lejanos, pero buscan preservar el significado auténtico de ser ciudadano italiano.
— Por VisaVerge.com
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