Puntos Clave
• El 91% de los centros de detención de inmigrantes eran privados durante la administración Trump.
• The GEO Group recibió más de $595 millones en contratos federales en 2019.
• Las deportaciones aceleradas generaron críticas por falta de garantías y riesgos para migrantes vulnerables.
En los últimos años, el panorama de la inmigración en los Estados Unidos ha cambiado considerablemente, influido mayormente por las políticas implementadas durante la presidencia de Donald Trump. Entre los desarrollos más destacados se encuentra la expansión de los centros de detención de inmigrantes gestionados con fines de lucro (empresas de prisiones privadas). Este fenómeno está intrínsecamente ligado al enfoque intensivo de la administración Trump en acelerar las deportaciones, endurecer medidas de control y aumentar la capacidad de detención. Estas acciones han generado nuevos debates sobre el trasfondo ético de priorizar intereses económicos en un ámbito que afecta directamente los derechos humanos.
Crecimiento de los Centros de Detención y Contratos Privados

Desde el inicio del mandato de Donald Trump en 2017, las empresas privadas de prisiones han ganado un papel predominante en la gestión de centros de detención de inmigrantes. La administración recurrió ampliamente a este modelo, estableciendo más de 40 nuevos centros de detención administrados por empresas privadas entre 2017 y 2020. Para enero de 2020, una abrumadora mayoría —el 81%— de los inmigrantes detenidos en el país se encontraba en instalaciones gestionadas por estas corporaciones.
El gobierno federal asignó abundantes recursos para respaldar este modelo. Por ejemplo, en el año fiscal 2021 se destinaron 4.1 mil millones de dólares para aumentar la capacidad diaria de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) a 60,000 personas. La escala de este presupuesto subraya el compromiso de fortalecer la infraestructura carcelaria para inmigrantes, aunque estos esfuerzos han sido ampliamente criticados por sus consecuencias negativas en las comunidades afectadas.
Empresas como The GEO Group y CoreCivic lideran este sector, beneficiándose considerablemente de los contratos gubernamentales. En los primeros 11 meses del año fiscal 2019, The GEO Group recibió más de 595 millones de dólares en asignaciones federales, una cifra que duplicó la inversión realizada apenas cinco años antes. CoreCivic, por su parte, consolidó su posición como un actor fundamental en este ámbito, obteniendo contratos lucrativos para expandir su operación. Los críticos señalan que esta colaboración entre el gobierno y compañías privadas ha incentivado un modelo donde el lucro prevalece sobre las consideraciones humanas.
Desarrollo de Nuevas Infraestructuras para la Detención
Las políticas de la administración Trump incluyeron medidas controvertidas para ampliar las instalaciones y la capacidad de detención. En enero de 2025, el presidente Trump promulgó la Ley Laken Riley, que establece la detención obligatoria de inmigrantes indocumentados acusados de determinados delitos. Uno de los elementos más polémicos de esta legislación ha sido la orden de expandir el Centro de Operaciones para Migrantes en Guantánamo, Cuba 🇨🇺, aumentando su capacidad para albergar hasta 30,000 detenidos prioritarios. Este movimiento provocó fuertes críticas por sus implicaciones logísticas, legales y humanitarias.
La industria de prisiones privadas continuó capitalizando estas políticas. En febrero de 2025, The GEO Group anunció la reapertura de Delaney Hall en Newark, Nueva Jersey 🇺🇸, como un centro de detención de inmigrantes con capacidad para 1,000 personas. Este tipo de iniciativas refuerza el impulso del gobierno hacia la expansión carcelaria y muestra los beneficios económicos para las empresas que gestionan estas instalaciones.
Deportaciones en Aumento
La expansión de los centros privados se ha alineado con un notable incremento en los esfuerzos de deportación. A pesar de no alcanzar los niveles históricos de administraciones previas, el gobierno implementó nuevas políticas para acelerar las expulsiones y superar obstáculos logísticos.
Una de dichas políticas es el uso de deportaciones aceleradas bajo procedimientos más rápidos. Estas medidas permiten la deportación inmediata de migrantes sin necesidad de cumplir procesos tradicionales en países que no habían sido identificados previamente en los registros de sus trámites migratorios. Aunque esta política persigue incrementar la eficiencia, preocupa la falta de procedimientos adecuados. El juez federal Brian Murphy subrayó la necesidad de garantías para evitar que los deportados enfrenten persecución o tortura en sus países de origen.
Otro esfuerzo polémico consiste en requerir que inmigrantes indocumentados se registren obligatoriamente con el gobierno federal, enfrentando multas y cárcel si no lo hacen. Esta política, defendida por el juez Trevor McFadden, obliga a los inmigrantes a registrarse en un portal oficial y portar pruebas de su inscripción. Los defensores de los derechos de los inmigrantes argumentan que esta norma estigmatiza a comunidades vulnerables, aumenta detenciones masivas y abre las puertas a un clima de temor.
Asimismo, la administración invocó una antigua ley de 1798, la Ley de Enemigos Extranjeros, para deportar a miembros venezolanos 🇻🇪 del grupo criminal Tren de Aragua. La Corte Suprema permitió estas deportaciones, aunque exigió que antes de ser ejecutadas, los deportados puedan argumentar sus casos en tribunales migratorios.
Impacto en Números: Detenciones y Deportaciones
Las cifras reflejan el impacto directo de las políticas establecidas bajo la administración Trump. En julio de 2023, el promedio diario de detenidos por ICE era de 30,003 personas, duplicando la cifra de 15,444 detenidos diarios registrada al inicio de la administración Biden en enero de 2021. Además, un alarmante 90.8% de los detenidos estaba en instalaciones operadas por empresas privadas, consolidando la privatización en el sistema de detención.
En cuanto a deportaciones, durante el primer mes del segundo mandato de Trump, más de 37,660 personas fueron expulsadas del país, incluyendo tanto expulsiones formales como retornos voluntarios. Aunque estas cifras no alcanzan los picos de 57,000 deportaciones mensuales logrados en administraciones previas, las herramientas implementadas indican esfuerzos dirigidos a mantener altos volúmenes de deportaciones en los meses venideros.
Respuestas Públicas y Legales
Los movimientos de la administración para ampliar instalaciones y endurecer deportaciones han generado significativas reacciones sociales y legales. En febrero de 2025, alrededor de 1,000 personas se reunieron en St. Louis, Misuri 🇺🇸, para protestar contra las acciones del gobierno en materia de deportaciones. Los manifestantes denunciaron cómo estas políticas devastan familias y colocan beneficios económicos por encima de consideraciones éticas.
Por su parte, legisladores como Pramila Jayapal y Adam Smith han liderado iniciativas para cerrar todos los centros federales de detención de inmigrantes administrados por corporaciones privadas. Estas propuestas buscan alternativas más humanas y menos lucrativas para manejar la inmigración.
En el ámbito legal, diversos jueces han expresado dudas sobre la constitucionalidad de algunas medidas. Los procedimientos de deportación acelerada y los registros obligatorios continúan enfrentando desafíos en tribunales, mientras organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) trabajan para garantizar derechos básicos a los inmigrantes.
Reflexión Final
La administración de Donald Trump ha transformado drásticamente la política migratoria de los Estados Unidos, fortaleciendo la detención de inmigrantes y vinculándola estrechamente con intereses de empresas de prisiones privadas. Mientras esta estrategia busca maximizar resultados en términos de deportaciones y aplicación de las leyes migratorias, deja sobre la mesa serias interrogantes éticas, legales y humanitarias.
En momentos en que la política migratoria estadounidense se encuentra en un punto clave, lo que está por venir determinará si las medidas adoptadas ofrecen soluciones sostenibles o si, por el contrario, profundizan los conflictos sociales. Por ahora, una cosa es clara: la expansión de la detención con fines de lucro sigue estando en el centro del debate nacional. Para obtener más detalles sobre los procesos legales de inmigración y procedimientos relevantes, los recursos oficiales de USCIS representan un punto de partida confiable y detallado.
Aprende Hoy
Empresas de Prisiones Privadas → Corporaciones como CoreCivic y GEO Group que operan centros de detención bajo contratos gubernamentales.
Deportaciones Aceleradas → Procesos rápidos para remover a migrantes sin procedimientos legales tradicionales, cuestionados por riesgos legales y humanitarios.
Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) → Agencia de EE.UU. encargada del control migratorio, detenciones y deportaciones.
Ley Laken Riley → Legislación de Trump que exige la detención de inmigrantes indocumentados acusados de ciertos delitos.
Ley de Enemigos Extranjeros (1798) → Ley histórica usada para deportar a peligros potenciales durante conflictos.
Este Artículo en Resumen
La detención de inmigrantes con fines de lucro creció bajo Trump, con empresas privadas gestionando el 91% de centros. Políticas como las deportaciones aceleradas intensificaron preocupaciones éticas y legales. Críticos destacan la priorización del lucro frente a derechos humanos en la aplicación de leyes migratorias.
— Por VisaVerge.com
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