Puntos Clave
• El TJUE declaró el 5 de septiembre de 2023 que la revocación automática de ciudadanía en Dinamarca viola normas de la UE.
• La legislación desde 2019 permite revocar ciudadanía por el Ministro de Inmigración sin juicio previo; plazo de apelación: 4 semanas.
• En diciembre de 2024, se introdujo una evaluación para solicitantes de ciudadanía enfocada en identificar actitudes “anti-democráticas”.
En los últimos años, las leyes y prácticas relacionadas con la ciudadanía en Dinamarca 🇩🇰 han estado en el centro de debate político y legal, destacando tensiones entre soberanía nacional, normas internacionales y derechos individuales. Aunque hasta el 25 de marzo de 2025 no se ha encontrado evidencia concluyente de que Dinamarca haya “revocado ilegalmente” la ciudadanía de 23 personas, el contexto legal e histórico de estas medidas sugiere desafíos significativos. Este análisis profundiza en el marco normativo, las principales decisiones judiciales, las respuestas políticas y las implicaciones más amplias para los derechos humanos y la identidad nacional.

El Marco Legal de la Revocación de Ciudadanía en Dinamarca
Históricamente, Dinamarca ha sido conocida por patrones estables en cuanto a sus leyes de ciudadanía. La revocación de ciudadanía era un tema excepcional, reservado para casos graves como la traición o amenazas directas contra la seguridad del país. Sin embargo, el escenario global transformado tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 impulsó a muchos estados a adoptar medidas de seguridad más estrictas, incluyendo Dinamarca.
En 2004, una enmienda a la Ley de Extranjería permitió la revocación de la ciudadanía en casos de delitos de traición o aquellos considerados amenazas a la seguridad estatal. En ese momento, la ley impactaba principalmente a los ciudadanos naturalizados, puesto que Dinamarca no reconocía la doble ciudadanía hasta 2015. Esto significaba que la pérdida de la ciudadanía danesa podría llevar a una condición de apatridia—a menudo considerada una violación al derecho internacional debido a sus efectos extremadamente negativos en los derechos básicos.
Un caso emblemático de esta normativa es el de Saïd Mansour. Este ciudadano de origen marroquí y nacionalizado danés fue condenado inicialmente en 2006 por distribuir materiales relacionados con el terrorismo. Sin embargo, solo después de reincidir, en 2016, el Tribunal Supremo danés decidió revocar su ciudadanía, lo que sentó un precedente clave en la interpretación de la ley.
En 2019, Dinamarca expandió aún más sus poderes de revocación. Una nueva legislación permitió al Ministro de Inmigración revocar administrativamente la ciudadanía de ciudadanos con doble nacionalidad sospechosos de “actuar contra los intereses esenciales” del país, como unirse a grupos militantes extranjeros. Esta medida eliminó el requisito de un juicio previo, aunque los afectados podían apelarlo en un periodo de cuatro semanas. Estas reformas generaron controversias significativas, pues implicaron la potencial vulneración de derechos fundamentales al eliminar protecciones básicas en el proceso.
Importancia de la Decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
Un momento clave en este ámbito fue la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del 5 de septiembre de 2023. La corte juzgó que la ley danesa que permite la pérdida automática de ciudadanía para personas nacidas fuera del país y que nunca hayan residido en Dinamarca contravenía estándares legales de la Unión Europea. En específico, el TJUE determinó que dicha política violaba el Artículo 20 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y el Artículo 7 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.
El principio subyacente de la sentencia fue el de proporcionalidad. Al permitir la revocación automática sin considerar las circunstancias individuales y los efectos graves de la medida, Dinamarca no equilibraba adecuadamente la seguridad estatal con los derechos de los afectados. El fallo subrayó la obligación de los estados miembro de garantizar que las medidas relacionadas con la ciudadanía sean justas y proporcionadas.
Tras la decisión, el gobierno de Dinamarca anunció una revisión de sus políticas de ciudadanía para alinearlas con las directrices de la UE. Sin embargo, al inicio del 2025, aún no se han implementado cambios legislativos concretos. Este retraso ha generado preocupaciones significativas sobre el cumplimiento danés con las normas internacionales y regionales.
Evolución de las Políticas Danesas
En diciembre de 2024, el gobierno danés implementó nuevos requisitos para los solicitantes de ciudadanía: un proceso de evaluación destinado a identificar actitudes “anti-democráticas.” Un comité experto revisará si los solicitantes comparten valores democráticos acorde a Dinamarca. Si bien se argumenta que esta medida busca fortalecer la cohesión nacional, también se ha puesto en duda la objetividad de los criterios empleados y los riesgos de sesgos en su implementación.
Adicionalmente, en 2025, Dinamarca decidió reducir la cantidad de ceremonias de ciudadanía debido a limitaciones administrativas relacionadas con su próxima presidencia en el Consejo de la UE. Aunque esta decisión fue meramente logística, muchas voces críticas afirman que refleja un endurecimiento general hacia las políticas de naturalización. Esta percepción de obstáculos cada vez mayores ha alimentado tensiones en el debate público sobre integración y ciudadanía.
Debates Éticos y Legales
La expansión de las facultades para revocar ciudadanía plantea profundas cuestiones éticas. La ciudadanía no solo define un vínculo legal con un estado; también representa una conexión con la identidad, los derechos y las oportunidades de una persona. Revocar este vínculo puede tener consecuencias devastadoras, afectando no solo los derechos legales, sino también la vida familiar, el acceso a servicios vitales y el sentido de pertenencia.
En particular, las políticas danesas parecen afectar de manera desproporcionada a ciudadanos con doble nacionalidad y a comunidades minoritarias. Esto ha generado acusaciones de discriminación y exclusión social, lo que podría erosionar el sentimiento de igualdad y cohesión en la sociedad danesa. Académicos legales han alertado sobre el riesgo de establecer un sistema de “ciudadanía de dos niveles,” lo que entra en contradicción con los valores democráticos del país.
Además, la apatridia sigue siendo uno de los riesgos más preocupantes. Hasta 2015, Dinamarca no reconocía la doble ciudadanía, lo cual incrementaba las probabilidades de que ciertas personas quedaran sin ningún estado que las reconociera como ciudadanos. La apatridia viola el derecho internacional y compromete severamente la capacidad de una persona de acceder a derechos básicos como educación, salud y movilidad.
Implicaciones Generales y Proyecciones
La revocación de ciudadanía, si no se maneja de manera cuidadosa y proporcional, puede generar consecuencias de largo alcance para Dinamarca. A nivel mundial, estas políticas podrían deteriorar su reputación como defensor del derecho y el respeto a los convenios internacionales. También existe el riesgo de desafíos diplomáticos si las personas deportadas no son aceptadas por su país de origen, o si estas medidas provocan tensiones con socios internacionales.
En el ámbito interno, el impacto va más allá de las repercusiones legales. Si las políticas son percibidas como injustas o dirigidas selectivamente contra ciertos grupos, podrían socavar la confianza pública en las instituciones gubernamentales. Este ambiente de desconfianza y división social podría dificultar los esfuerzos de integración, influyendo negativamente en la cohesión nacional.
De cara al futuro, Dinamarca probablemente será objeto de un escrutinio mayor por organizaciones de derechos humanos y órganos supervisores de la UE. Alinear sus políticas de ciudadanía con normas internacionales y estándares europeos será esencial para evitar complicaciones legales y éticas. La transparencia, el respeto al proceso debido y una proporcionalidad clara deberán ser los pilares en cualquier ajuste legislativo.
Conclusión
Aunque no se ha confirmado de manera definitiva que Dinamarca haya revocado ciudadanía de forma ilegal, el análisis del marco normativo y los casos judiciales refleja múltiples desafíos legales, éticos y políticos. En un mundo donde la seguridad nacional y los derechos humanos están en constante tensión, Dinamarca debe encontrar el equilibrio correcto para mantener su compromiso con los valores democráticos y el respeto al derecho internacional.
La reciente decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea destaca la urgencia de una reevaluación de estas políticas para que respeten tanto los principios de proporcionalidad como los derechos individuales. Los debates en torno a este tema reflejan las complejidades que enfrentan las naciones al redefinir la ciudadanía en el siglo XXI y subrayan la necesidad de políticas justas y responsables. Como destaca VisaVerge.com, la manera en que Dinamarca navegue estos desafíos servirá no solo como modelo, sino también como advertencia para otros estados que enfrentan dilemas similares.
Para más detalles sobre políticas de ciudadanía danesa y referencias a la normativa vigente, se puede consultar el sitio oficial del Gobierno danés aquí.
Aprende Hoy
Apatridia → Condición de no ser reconocido como ciudadano por ningún estado, privando derechos básicos como educación y movilidad.
Revocación de ciudadanía → Procedimiento legal donde un estado anula la ciudadanía de un individuo, afectando derechos legales e identidad cultural.
Proporcionalidad → Principio legal que asegura que las medidas adoptadas sean razonables y equilibradas en relación a sus impactos y objetivos.
Naturalización → Proceso mediante el cual una persona adquiere la ciudadanía de un país distinto al de su nacimiento.
Derecho internacional → Conjunto de normas y principios que regulan relaciones entre estados y garantizan derechos fundamentales universales.
Este Artículo en Resumen
Dinamarca y la Ciudadanía: Un Debate en Evolución
Las políticas danesas sobre revocación de ciudadanía generan tensiones entre derechos humanos y seguridad nacional. Desde 2019, decisiones controvertidas afectan a minorías y ciudadanos con doble nacionalidad. ¿Es proporcional proteger el estado sacrificando derechos individuales? Dinamarca enfrenta una encrucijada: garantizar justicia o arriesgar su reputación democrática a nivel global.
— Por VisaVerge.com
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